Casillas de camineros: los primeros guardianes de las carreteras en Puerto Rico

Durante el gobierno español colonial, se construyeron varias casas para los camineros, empleados que vigilaban las primeras carreteras de la isla. Te contamos su historia y qué ha sido de estos edificios.

¿Has visto unas casitas de piedra o ladrillo en las orillas de las carreteras PR-1 o PR-2 mientras vas de road trip?

Estas edificaciones históricas en las primeras carreteras de la isla se conocen como casillas de camineros y formaban parte de esa infraestructura de cuidado y reparación vial desde el siglo 17 hasta mediados del siglo 20. Pertenecieron a una brigada de operadores encargados del mantenimiento de las carreteras llamados camineros.

La casilla de Bayamón, ubicada en la carretera PR-2, fue construida en mampostería. (Suministrada por: Puerto Rico Historic Building Drawings Society, PRHBDS)

Hoy te contamos su historia, las razones para que les asignaran estas casillas y qué ha sido de estos edificios y de la profesión.

Los camineros: operadores de nuestras primeras carreteras

¿Quiénes eran? Fueron servidores públicos que fungían como técnicos de carreteras especializados del gobierno español colonial. Formaron parte de las primeras brigadas del sistema de mantenimiento de carreteras en España en el siglo 17.

  • Los camineros también eran empleados uniformados de la milicia española, por lo que servían como los primeros “policías de las carreteras” (Cap 1, Art. 19). Tenían la autoridad de intervenir y multar a viajeros, de ser necesario. Vestían una chaqueta crema con una banda de cuero y usaban una chapa que les identificaba su rol.

A finales del siglo 19, se implementó la profesión del caminero en Puerto Rico para mantener la primera red de carreteras en Puerto Rico, que incluían las carreteras PR-1, PR-2, PR-14 (también conocida como “la Carretera Central”), PR-114 (antes PR-6) y PR-123

Estas primeras carreteras, especialmente la «Carretera Central» (PR-14), servían como “una conexión de intercambio, ya sea bienes, servicios comerciales” nuevos, dijo a Platea el planificador urbano Aptemis Rodríguez. Estas vías lograron convertirse en rutas de comercio distintas a las acostumbradas por la costa o por mar durante el régimen español.

Además de mantener y reparar las carreteras, los camineros fungían como los primeros policías del tránsito en la isla con la autoridad de asistir y multar a viajeros. (Suministrada por: Puerto Rico Historic Building Drawings Society, PRHBDS)

Según el Reglamento para la organización y servicios de los peones camineros y capataces —publicado el 7 de febrero de 1905 en la Gaceta de Madrid (Núm. 38)—, para ser un caminero debías: 

  • Ser un hombre entre los 20 y 35 años
  • Ser licenciado del ejército
  • Estar disponible para trabajar todos los días del año, incluyendo días feriados 
  • Saber leer, escribir y contar

¿Cómo funcionaba el trabajo? A cada caminero se le asignaba un segmento de carretera entre 3 a 4 kilómetros (2 a 2.5 millas aproximadamente) de distancia por el que era responsable de caminar diariamente para mantener y reparar la vía pública. Además, proveía asistencia en las carreteras a quienes la transitaban.

Las casillas de los camineros

¿Qué eran? Las casillas eran los hogares que el gobierno colonial español le otorgaba a los camineros y sus familias a cambio de sus servicios. Estaban ubicadas a dos leguas (6 millas) de distancias a las orillas de las vías principales.

De este modo, cada caminero, típicamente un general y un aprendiz, podían realizar la caminata a partir de la casita en diferentes direcciones para realizar sus labores diarias.

¿Cuáles eran los beneficios? Para Andy Rivera, presidente y fundador del Puerto Rico Historic Building Drawings Society (PRHBDS), el beneficio de vivienda para un caminero era uno muy codiciado para la época, ya que había mucha pobreza alrededor de la isla y la mayoría de las casas estaban hechas en madera. 

  • “Decir que tenías tu propia casa de mampostería —un método de construcción con piedras o ladrillos unidos con una mezcla de cemento, agua y arena— cuando más del 70% (de las casas) eran de madera” era significativo, expresó a Platea sobre la posición privilegiada de los camineros de la época.

🏡 Las rutas de las casillas

Según el libro Nuestras Casillas de camineros del profesor José Mari Mut, existen unas 26 de 47 casillas originales alrededor de la isla. Explora este mapa, desarrollado como parte del libro de Mari Mut, para que avistes si hay una casilla en tu municipio de residencia o región. En estos municipios puedes visitar algunas casillas de camineros:

  • 📍PR-1: Ponce, Juana Díaz, Santa Isabel, Salinas, Aibonito, Cayey, Cidra, Caguas, Aguas Buenas, Guaynabo, San Juan
  • 📍PR-2: Desde Mayagüez hasta Añasco, y de Bayamón a Toa Baja
  • 📍PR-14 (“Carretera Central”): San Juan, Río Piedras, Caguas, Cayey, Aibonito, Coamo, Juana Díaz y Ponce.
  • 📍PR-123: Ponce a Adjuntas 
  • 📍PR-114 (antes PR-6): Mayagüez a San Germán

Detalles sobre las estructuras históricas

Estilo arquitectónico: Estas casas eran sencillas con un “estilo militar neoclásico” porque reflejaban un modelo estandarizado para diversas estructuras militares de la época, detalló Jorge Ortiz Colón, arquitecto conservacionista e historiador del Programa de Patrimonio Histórico Edificado del Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP)

Si has visto las casillas por las carreteras principales de la isla, notarás que son rectangulares, con una puerta en el medio y dos ventanas grandes a los lados para mayor circulación. 

Materiales de construcción: La mayoría fueron hechas en mampostería, piedras o ladrillos, dependiendo de su ubicación y los materiales disponibles en el área donde fueron construidas. También tenían partes en madera, como las ventanas y puertas, y se consideraban estructuras fuertes que soportaban el clima cambiante tropical, según Rivera.

Las casillas no cuentan con muchos diseños debido a su “estilo tipo cuartel” español porque “no se está tratando de impresionar con ornamentos ni con nada más”, dijo a Platea Ortiz Colón. Lo más decorativo eran las cornisas, unas molduras que dividen las paredes de los techos, y servían “para desviar el agua para evitar que afecte las paredes” de la erosión.

Modelo de la Casa de Cuerpo de Guardias del Bastión de Santa Elena. La estructura es similar a la que se utilizaba para construir las casillas de los camineros. (Suministrada por: Puerto Rico Historic Building Drawings Society, PRHBDS)

Similitudes con otras estructuras coloniales: “Si tú comparas una casa de guardia militar —por ejemplo, tal como en el Morro— o un faro como el Faro de Guánica, y los comparas con una casilla de caminero, vas a anotar que es la misma casa con diferentes detalles”, explicó Rivera, de la PRHBDS y experto en el tema. 

  • De hecho, algunas casillas llevan colores muy llamativos, que se “lograba con el mismo material”, detalló Rivera. “Hay casillas de caminero, cuya piedra es rojiza y uno se cree que está pintada, y esa es la piedra natural”, añadió. 
Casilla de camineros en Toa Baja, a orillas de la PR-2. (Suministrada por: Puerto Rico Historic Building Drawings Society, PRHBDS)

¿Cómo era el interior de las casillas? 

A través de los años, hubo diferentes estilos de casillas que podían albergar de uno a dos camineros y a sus familias. En la mayoría de las casillas, vivían dos camineros junto a sus familias.

  • Medían unos 110 metros cuadrados (1,200 pies cuadrados), puntualizó Ortiz Colón.
  • En el interior, las casitas estaban divididas equitativamente con un pasillo o vestíbulo central que separaba a cada familia.
  • También, tenían un fogón común donde cocinaban y una letrina en el patio, al igual que acceso a un aljibe, una especie de pozo donde se almacenaba agua.

“La puerta de entrada conecta a un recibidor o vestíbulo que sigue por un pasillo hasta la puerta trasera. A ambos lados de esta línea media hay dos apartamentos idénticos, cada uno con una sala comedor en la mitad anterior y dos cuartos iguales en la mitad posterior. Se entra a cada apartamento por una puerta que abre al vestíbulo”, explicó el profesor José Mari Mut en su libro Nuestras casillas de camineros

Estos son algunos de los modelos de casillas disponibles, según los recreó la arquitecta en entrenamiento Zariangely García en su tesis De vestigios a memorias: resignificación del sistema de casillas para camineros. (Suministrada)

Ortiz Colón confirmó que hubo un segundo estilo de casillas multifamiliar en la ruta de Coamo, Aibonito, Cayey y Guayama, donde los apartamentos de cada familia eran individuales.

La arquitecta en entrenamiento Zairiangely García detalló en su tesis De vestigios a memorias: resignificación del sistema de casillas de peones camineros que este estilo consiste en tener “entradas diferentes para cada casilla manteniendo los cuatro espacios principales y eliminando el vestíbulo central. Esta consta de un área de sala/comedor, tres habitaciones y una cocina localizada en un volumen adosado con una altura menor y un vano circular que se aprecia desde la fachada principal”. 

En los estilos de casillas unifamiliares, el experto del ICP detalló que estas eran más pequeñas y medían unos 13 metros (42 pies con 8 pulgadas) de ancho y 8.5 metros (27 pies con 10 pulgadas) de profundidad. Se pueden encontrar en San Juan, Caguas y Guaynabo, donde “se hicieron las primeras partes que se abrieron de la carretera (PR-1).” 

Esta casilla en Guaynabo es el modelo de una casita unifamiliar. Actualmente, es la residencia privada de un descendiente de caminero. (Foto: sacada del libro Nuestras Casillas de camineros de José Mari Mut)

La protección del patrimonio cultural y el legado español en la isla

A pesar de ser llamadas casillas, estos hogares albergan mucha historia. Por tal razón, historiadores y expertos en el tema, como Rivera y Ortiz Colón, refuerzan el llamado a su conservación.

¿Qué pasó con los camineros? Con el cambio del régimen español a la anexión al gobierno estadounidense, el sistema de los camineros fue suspendido en 1905 para abaratar los costos de la implementación de nuestras carreteras, explicó Rivera. 

  • Sin embargo, se integró el servicio de los camineros en 1914 debido al rápido deterioro de las vías públicas, pero “ya para 1950, dejaron de (trabajar) los camineros con la modernización de las carreteras”, añadió. 

¿Qué pasó con las casillas? Como compensación, muchos de los camineros se quedaron con sus casillas. Algunas fueron adquiridas por los descendientes de los camineros al Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), agencia gubernamental que las adueña como viviendas a tiempo. Otras han sido convertidas en alquileres a corto plazo, como este retiro histórico en Coamo

Otros usos: Hay casillas que han sido utilizadas como oficinas gubernamentales, escuelas y centros de aprendizaje, centros comunitarios, como el Centro Cultural de Cayey Miguel Meléndez Muñoz, Inc., y hasta se han modificado y extendido para convertirse en la Casa de Campo del Gobernador de Puerto Rico, en Jájome, Cayey. 

“(Es) la casilla más famosa y que no tiene que ver con la carretera central”, comentó Aptemis Rodríguez, planificador urbano. 

La Casa de Campo del Gobernador de Puerto Rico, en Cayey, es una de las casillas mejor mantenidas y más grandes debido a una expansión hacia sus laterales. (Suministrada por: Puerto Rico Historic Building Drawings Society, PRHBDS)

Un patrimonio en declive: No obstante, la mayoría de las casillas de camineros permanecen en deterioro. En el libro de Mari Mut, publicado en 2013, se pueden contar unas 14 estructuras en estado de abandono. Muchas también han sido compradas para fines comerciales o incluso demolidas para ensanchar las carreteras. 

Según los expertos, no existe una legislación que proteja a estas estructuras españolas icónicas, pero han habido proyectos de rescate y preservación histórica, como en el barrio Asomante en Aibonito

“No hay ninguna reglamentación sobre las casillas y, al momento, no hay algún proceso que regule qué uso se pueden o demás o impida que las alteres”, dijo Rodríguez. Por tal razón, es crucial registrarlas como monumentos históricos.

Fachada del Centro Cultural de Cayey Miguel Meléndez Muñoz, Inc., que antes era una casilla de camineros. (Foto vía Facebook: Centro Cultural de Cayey-Miguel Meléndez Muñoz, Inc.)

Retos y posibles usos de las casillas

El reto de la preservación está “en definir qué nuevos usos pueden tener estas estructuras, porque, si no, estamos condenados a que, en algún momento, ya no existan y se pierda la memoria de lo que un día fue considerado una de las obras de ingeniería más grandes que tuvimos en América, que es la Carretera Central y sus casillas”, sentenció el planificador urbano. 

Con la protección del ICP y un plan para reavivar las casillas, la red de casillas e interconexión con las carreteras pueden dar paso al florecimiento del turismo interno, sostuvo García en su tesis. “Encontré varios puntos de interés a través de la misma (red)… Además de que pasan por muchos de los (centros urbanos) históricos”, enfatizó la arquitecta. 

  • También podrían servir como museos naturales, paradas de descanso y relajación o centros culturales con fotografías del ayer.

Aunque no saben qué uso exacto darles, García y Rodríguez coinciden en aprovecharlas. “(Darles) un nuevo uso que vaya atado a una idea cultural que conecte la importancia de los centros urbanos de demostrar la importancia de esta carretera”, dijo el planificador urbano.