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Conoce el origen del pastel puertorriqueño y su relación con la Navidad

El pastel es uno de los pilares de la gastronomía puertorriqueña. Para muchos, es una de las recetas navideñas más celebradas; para otros, su elaboración es un misterio. Lo cierto es que su origen es impreciso, y su confección ideal, subjetiva. 

No se sabe exactamente cómo se convirtió en una comida clave de nuestras fiestas de fin de años, desde Nochebuena hasta el Día de Reyes. Pese a su legado cultural, su primera receta no apareció hasta 1931, en el panfleto Vegetales Tropicales

Sin embargo, según las investigaciones del historiador Cruz M. Ortiz, el pastel ya aparecía mencionado en tres textos de la literatura puertorriqueña del Siglo XIX. 

A continuación, conoce las teorías que han ofrecido expertos sobre el curioso vínculo entre el pastel puertorriqueño y la Navidad.

Un obsequio del patio

Los textos antiguos revelan que el pastel era más que un simple plato: era un regalo preciado durante las navidades, una manera especial de demostrar cariño. Esta tradición de regalar pasteles ayuda a explicar su conexión con la época festiva.

Los Pasteles de Tita (Instagram)

Como su preparación requiere tanto tiempo y dedicación, obsequiarlos era considerado un gesto particularmente valioso —lo que también explica por qué cada familia fue desarrollando su propia receta especial.

Quienes han preparado pasteles, saben que ello es una empresa que requiere muchos pasos, agudeza, tino y organización de tareas. Además es una elaboración intuitiva. No hay una forma uniforme de preparación”,

 

– lee un extracto del libro Puerto Rico en la olla: ¿Somos aún lo que comemos?, escrito por Ortiz.

Regalar un pastel mostraba un esfuerzo genuino y complicado para alguien, con el toque personal de una receta familiar. Abrirlo, dentro de su hoja de plátano, asemeja el acto de abrir un regalo, y quizás era de lo único que muchas familias podrían obsequiar.

“Si yo era pobre —económicamente hablando, porque quizás eras rico en muchas otras maneras—, y no tenía dinero para hacer muchos regalos a toda mi familia, el pastel cumplía ese rol […]”, 

 

– explicó Crystal Diaz, analista de seguridad alimentaria de Espacios Abiertos, en conversación con Platea.

Sustento en tiempos difíciles

Otra teoría es que, durante la Navidad, era más conveniente encontrar los ingredientes necesarios para preparar los pasteles —al igual que otras recetas de temporada, como el arroz con gandules.

Otra teoría sugiere que la tradición del pastel surgió por la disponibilidad de ingredientes durante la época navideña, especialmente la carne de cerdo. Este ingrediente principal se aprovechaba al máximo, transformándose no solo en pasteles sino también en otros platos tradicionales como el pernil, la morcilla, el mondongo y las patitas de cerdo.

Voy a repartirlo en distintos platillos porque tengo que preservar esa carne […] Mucha de esta comida que nos comemos en Navidad tiene que ver con el tema de seasonality y con el tema de unos recursos limitados en los campos”, abundó la también cofundadora de PRoduce.

Las condiciones socioeconómicas del campesinado, entre 1850 y 1900, pudieron ser parte de la creatividad que hizo a los puertorriqueños ingeniar recetas como el pastel. 

“El pastel es como ese regalo generacional del campesinado económicamente afectado puertorriqueño, por muchos años“

 

– Crystal Diaz

Una herencia cultural adorada

Con el tiempo, los pasteles se convirtieron en un símbolo cultural navideño, representando lo que Cruz describe como ‘un mestizaje culinario donde aparecen influencias taínas, españolas y africanas’.

Este apego emocional explica por qué tantas familias mantienen sus recetas particulares y las transmiten a las nuevas generaciones. 

✍️ Sabías qué…

Los pasteles, para muchos, son un recuerdo clave de su cultura, país y vida. Aunque hoy está prohibido transportarlos en vuelos comerciales, decenas de familias aseguran guardar y congelar pasteles para enviarlos a Estados Unidos y otros destinos. 

Incluso, hay decenas de lugares para comprar pasteles en Puerto Rico, convirtiéndolos en un alimento altamente buscado que preparan negocios pequeños, restaurantes y panaderías, lo cual influye en la demanda de guineos verdes cada Navidad.

El futuro del pastel

Sin embargo, a quienes abogan por mayor soberanía alimentaria les preocupa que el archipiélago no produzca suficientes alimentos para mantener nuestras tradiciones culinarias: “A pesar de que sigue siendo este plato puertorriqueño, ¿cuánto de ese pastel, hoy en día, se produce con productos locales?”, cuestiona Díaz. 

  • Los datos son reveladores: en 2019, solo el 3.68% del cerdo disponible se produjo localmente. Aunque algunos ingredientes suelen ser locales, como el guineo verde, su producción también ha disminuido drásticamente. 

Originalmente, el pastel se preparaba con ingredientes del patio y especias comunes. Hoy, los estilos de vida han cambiado y la producción local enfrenta retos que requieren más incentivos agrícolas.

Para Díaz, la solución está en la producción local: «Si logramos que la mayoría de los ingredientes sean de Puerto Rico, no solo defendemos nuestra tradición, sino también nuestra economía».