
De 5 floricultores a 200,000 visitantes: La historia del Festival de las Flores en Aibonito
Te contamos la historia detrás de esta colorida tradición de 55 años que convirtió a Aibonito en el Jardín de Puerto Rico.
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Entre las montañas del centro de Puerto Rico, Aibonito se transforma cada año en un paraíso multicolor. Miles de orquídeas, bromelias y flores exóticas convierten 25 cuerdas de terreno en el espectáculo floral más grande del Caribe
Así es el ambiente en el Festival de las Flores de Aibonito, que este año celebra su edición número 55 con diez días consecutivos de actividades, del 27 de junio al 6 de julio, esperando recibir más de 200,000 visitantes en los terrenos de 25 cuerdas en la PR-722.
¿Cómo nació el Festival de las Flores?
Para entender el origen del Festival de las Flores hay que viajar hasta 1957, cuando se creó el Club de Jardinería de Aibonito a través del Servicio de Extensión Agrícola (SEA) de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, explicó a Platea Cynthia López, presidenta de la Junta de directores del evento.
La asociación, fundada y presidida por el agrónomo Jorge Luis León, se convirtió en el tercer club de jardinería en la isla, según explicó López, quien es aiboniteña y ha formado parte de la administración del festival por 12 años.
En 1958, el club celebró su primera exhibición floral. Tras participar en tres Ferias de las Flores en Río Piedras (1964-1966), el entusiasmo impulsó a la comunidad a trabajar en la organización del Festival de las Flores en Aibonito.
“Había una necesidad para formalizar un lugar propicio para poder celebrar un evento grande, magno de jardinería o de exhibición de flores”, contó López sobre cómo en el 1969 nació oficialmente el festival con apenas cinco floricultores.
Una tradición que florece y crece
Lo que comenzó como una pequeña exhibición se transformó en un popular evento cultural. En 1974, la Corporación del Festival invirtió $100,000 en la compra y desarrollo de 10 cuerdas de terreno, que luego expandieron a 25 cuerdas, creando la casa permanente del evento.
“Es algo sumamente especial… Y me llena de orgullo tanto como aiboniteña, como participante y presidenta de este evento, de que lleve tantos años”.
Cynthia López, presidenta de la Junta de directores del evento.
López recuerda venir al evento con su abuela y su madre cuando era niña, y ahora es ella quien trae a sus propios hijos, describiendo esta experiencia multigeneracional como algo muy especial y bonito.

Más que flores: educación y familia
El festival ha evolucionado más allá de las exhibiciones florales. López mencionó que, en los primeros años del evento, no hubo la integración de la gastronomía y una oferta extensa musical, como se da en la actualidad.

“Cuando el festival puede comprar este terreno de 25 cuerdas, aquí es que entonces se hizo la planificación y la administración en cuanto a agregarle otros elementos que podrían atraer a más personas”, explicó López.
Actualmente el evento cuenta con:
- Charlas educativas sobre cultivo de plantas ornamentales, árboles frutales, bonsáis y orquídeas
- Conversatorios para niños sobre acuaponía (combinación de crianza de peces con la hidroponía)
- Concursos de jardines paisajistas en tres categorías: moderno, tradicional y educativo colaborativo
- Amplia oferta gastronómica y musical
- Actividades familiares durante diez días consecutivos
“La gente que quiera una planta se va con la planta y con la orientación de cómo cuidarla y de cómo mantenerla para que le dure”, destacó López sobre la misión educativa del festival.
Jorge Luis León, reconocido como el «padre del Festival de las Flores», soñó con crear un espacio donde la belleza natural de Puerto Rico pudiera exhibirse y celebrarse. Cincuenta y cinco años después, su visión no solo perdura sino que florece más que nunca.
“Nos llena de mucha alegría y el compromiso que siempre, esa responsabilidad que tenemos en cuanto a llevar ese mensaje de unidad familiar y educar a nuestros visitantes para que traigan a otros visitantes año tras año”, concluyó López.