
Juego, sabor y comunidad: el multiverso de El Saque en Santurce
En el edificio San Martín 415 en Calle del parque un grupo de jóvenes se retan entre bromas, mientras una pareja toma turnos para jugar contra un par de amigas.
En otra esquina, un grupo de adultos recién salidos del trabajo se van soltando con cada golpe de pelota.
Algunos llevan camisas por dentro y pantalones de tela, otros aún traen los uniformes del día. No importa si visten casual, business casual o de uniforme, en El Saque, las formalidades se disuelven en el ritmo del juego, un vaivén donde la única etiqueta es la concentración compartida.
En tan solo un mes de su apertura, en marzo, este spot ha logrado que cinco mesas de ping pong se conviertan en el epicentro de una escena tan diversa como vibrante.

Las mesas no distinguen edades, estilos ni ocupaciones: aquí, todos son iguales.
Durante un miércoles, a las 6 p.m. personas llegan con la misma intención —conectar, compartir, jugar ping pong— y en esa armonía, por unos instantes, esta esquina de Santurce cobra vida, transformando un rincón anteriormente inactivo.
“Me encanta describirlo como un multiverso de opciones, porque en un solo espacio puedes encontrar no tan solo el deporte del tenis de mesa recreativamente hablando como el ping pong, sino también puedes encontrar una buena oferta gastronómica y una buena oferta de cócteles”, expresó Camila Reus Figueroa, co-propietaria de El Saque, un espacio creado junto a su esposo, Ahmed Echevarría Rosas.

La idea realmente surgió en el 2014 en Artlab, una galería de arte y taller de enmarcado que operaba Ahmed en la calle Condado en Santurce, durante sus años dedicados a la industria del arte plástico, aunque no fue hasta el 2023 que la pareja concretó el concepto.
“Ocurrieron muchas cosas lindas en ese espacio y muchas colaboraciones con artistas locales e internacionales”, recordó Reus Figueroa.
«En ese espacio Ahmed decide con unos amigos poner una mesa de ping pong y se convirtió, como le llamamos, en el club Clandestino del ping pong, porque todos los viernes en el almacén atrás jugábamos ping pong y estábamos ahí encerrados por horas», añadió la empresaria.

Las primeras competencias informales comenzaron en 2016, el fenómeno se convirtió gradualmente en torneos invitacionales que fueron ganando tracción.
Entre el 2017 y 2019, estos eventos se llevaron a cabo en espacios como La Respuesta en Santurce y Pública Espacio, donde más de cuarenta personas se inscribían para participar.
Llegas por el ping pong, pero te quedas por la comida
Así como en el ping pong, donde se necesita ritmo, respuesta rápida y visión compartida, en la colaboración entre empresarios locales también hay un intercambio constante. Ideas que van y vienen. Proyectos que requieren precisión, atención y, sobre todo, disposición a jugar en equipo.
“Nosotros creemos mucho en la colaboración. Desde que desarrollamos el concepto sabíamos que queríamos colaborar y hacer alianzas con empresarios y fincas locales”, comentó Reus Figueroa, señalando que en el ecosistema empresarial de la zona no se trata de ganar, sino de sostener el juego. De hacer que la bola siga en el aire.
“Así que empezamos un poco a curiosear con la idea de desarrollar un espacio también gastronómico, culinario, con alternativas accesibles que vayan acorde con el movimiento del espacio”, agregó Reus Figueroa. Para esto, invitaron a colaborar a la chef Paola Noriega.

“Buscamos que el menú sea bastante divertido y variado, sin temer a jugar con las texturas”, expresó la chef, mejor conocida en las redes sociales como Deditos Gorditos, y añadió que cuentan con platos veganos y vegetarianos donde la berenjena y calabaza son los protagonistas.
En tan corto tiempo, ya hay platos que se han destacado a tal nivel que la gente viene solamente para comer, como los sliders, ñoquis, calamares y las albóndigas a la marinara.

Todos son el resultado de colaboraciones con empresarios y fincas locales. Detrás de cada bocado hay una historia de proximidad: el pan, obra artesanal de Levain Bakery, llega desde apenas una cuadra de distancia en el corazón de Santurce.
Los fermentados son de Obvio Microbio, la longaniza también es local, de AlCor Foods, la cosecha es de Frutos del Guacabo. Los postres también tienen sabores del patio, con Titi ‘s Sweets y Heladería La Crema.
La colaboración de sabores locales también se traduce al menú de coctelería diseñado por Josué Echevarria y suplidores como la Licorería Miramar, 173 grados y cervezas locales como Ocean Lab y Santurce Brewery.
En apenas semanas de operación, la respuesta del público ha sido abrumadoramente positiva, según Reus Figueroa, con mensajes de agradecimiento llegando tanto por redes sociales como de visitantes en persona.
“Los clientes y las personas que nos visitan están genuinamente muy agradecidas porque existe un espacio como este, la comunidad de Santurce. A toda esta calle de nuestros vecinos, comerciantes, también se alimentan de este movimiento”, concluyó Reus Figueroa.
El ping pong club Ubicado en el 415 de la Calle Del Parque, abre de miércoles a domingo y acepta “walk ins”, pero los espacios son limitados y se recomienda reservar mediante la aplicación móvil, El Saque Ping Pong Club, disponible en el App Store y Google Play o a través de la web.