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Margarita Santiago vistiendo su interpretación del traje de Bad Bunny del MET Gala 2025

Tres generaciones unidas por Bad Bunny y el reggaetón

Abuela, madre e hija: El reggaetón como herencia puertorriqueña que conecta generaciones en la Residencia de Bad Bunny.

Margarita Santiago llegó sola al cuarto concierto de la Residencia de Bad Bunny, el 25 de julio, jayá con su interpretación del traje sastre de Prada que utilizó Bad Bunny durante la alfombra roja del MET Gala 2025.

Al igual que el Conejo Malo, vistió un gabán marrón entallado, una corbata crema que simulaba paja, una pava marrón que pintó a mano, guantes negros con chapas doradas y su cartera traslúcida con detalles dorados mientras esperaba a que comenzara la función en el Coliseo de Puerto Rico.

Margarita Santiago con su atuendo temático al álbum Debí Tirar Más Fotos
Margarita Santiago con su atuendo. Foto: Brandon Cruz, PlateaPR

“Yo traté de hacerlo mío convirtiendo una pava regular en la pava de Bad Bunny brown. El outfit también lo conseguí en las redes, lo compré, lo ajusté… Los guantes, los preparé yo misma”, comentó sobre su atuendo temático al álbum “Debí Tirar Más Fotos”.

Su afán por Benito Antonio Martínez Ocasio la llevó a hacer fila junto a un familiar en la plaza pública de Naranjito, uno de los puntos donde 12,000 personas hicieron fila y compraron boletos para una de las nueve funciones exclusivas para residentes. Cada una logró conseguir seis boletos, que utilizaron para invitar a otros familiares y amistades al concierto.

Una de esas personas fue la nieta de Santiago, Natalia Andrea Arencibia.

🎵 La relación entre madre, hija y el género

Natalia, de 25 años, nacida y criada en Miami en una familia boricua-cubana, asistió junto a su pareja, tía y primos a la segunda función del 20 de julio, 5 días antes que su abuela.

“Fue el concierto más bueno que yo he oído en mi vida. Eso fue una experiencia. (Desde) todas las activaciones, el sentimiento en el estadio, los vestidos, la creatividad de todo el mundo…”, comentó emocionada.

Ha sido fanática de Bad Bunny desde el 2016. Ese año, Benito debutó su carrera en el trap latino con temas como “Diles”, “Tú no vives así”, “Soy Peor” y “Caile”.

Casi una década después, el artista más escuchado en Spotify cuenta con un catálogo que ha alcanzado los oídos del mundo entero, poniendo a Puerto Rico en el centro de la conversación y del reggaetón.

❝Siempre tuve orgullo de ser boricua… pero Bad Bunny es algo diferente. Me (fuerza) a entender las palabras y lo que están diciendo. Esto para mí es un puente (con) mi cultura❞.
Natalia Andrea Arencibia, 25 años, fanática de Bad Bunny desde 2016

Además de bailar y cantar ‘pero les falta sazón, batería y reggaetón, ey, ey’ (El Apagón, Un Verano sin ti, 2022) a todo pulmón, la boricua miamense ha logrado, a través de la música de Bad Bunny, aprender sobre temáticas políticas, conectar con la jerga boricua del momento y la cultura que heredó de su familia materna.

Natalia no aprendió del género urbano de sus compañeros de clase. Sino primordialmente de su madre, Bianca Toledo, de 51 años e hija de Santiago, quien guarda su amor por artistas como Vico C y Tego Calderón desde sus inicios, cuando el reggaetón en Puerto Rico era considerado un género underground.

Patricia Velázquez, fundadora de Hasta Bajo Project
Patricia Velázquez comenzó el archivo físico de Hasta Bajo Project en 2017. Foto: Hasta ‘Bajo Project/Facebook

Patricia Velázquez Delgado, fundadora de la organización Hasta ‘Bajo Project, un colectivo que busca crear un espacio educativo sobre el reggaetón como pieza clave de nuestra cultura moderna, explicó en entrevista con Platea que estos artistas “crearon sus propios espacios, sus propios artes de expresión que fueron underground para la juventud de los finales de los 80 y principios de los 90”.

“Parte de nuestras memorias están atadas a momentos y canciones. Y muchas canciones para esta generación, como yo, que nací en los 90 y crecí a principios de los 2000, se vuelve parte de mi memoria y de mi cotidianidad, y de mis recuerdos, que también eso es parte de la cultura”, añadió la educadora.

Bianca Toledo, Margarita Santiago y Natalia Andrea Arencibia, tres generaciones unidas por el reggaetón
De izquierda a derecha: Bianca Toledo (51), Margarita Santiago (70) y Natalia Andrea Arencibia (25), abuela, madre y nieta, respectivamente.

📻 Del cassette a 30 funciones en el Choli

Para Bianca, su canción favorita de Vico C es “María”, del álbum “Xplosión”, que debutó en 1993. Un año después, cuando ella y sus hermanos se mudaron con su familia a Miami, el reggaetón se convirtió en su ancla cultural: “la conexión más fuerte de identificarme como puertorriqueña allá en, en Estados Unidos, era con el reggaetón”.

Ese mismo año, el entonces gobernador Pedro Rosselló implementó la estrategia “Mano dura contra el crimen”.

Contexto histórico:

“Mano dura contra el crimen” fue un proyecto de política pública controversial, entre 1993 y 1996, que tenía como objetivo ponerle un alto a la criminalidad y el narcotráfico.

Esta declaración de guerra contra las drogas resultó en que viviendas públicas – como Luis Lloréns Torres, en San Juan, y el residencial Dr. José N. Gándara, en Ponce – y artistas y productores de reggaetón fueran constantemente afectados por intervenciones y allanamientos policiacos para evitar que el género llegase al ojo público, según un artículo del African American Intellectual History Society.

Bianca Toledo junto a sus hijos Natalia y Dereck Arencibia
Bianca Toledo (derecha) junto a sus hijos, Natalia Arencibia (izquierda) y Dereck Arencibia, 29 años (medio). Suministrada.

En los 90, Bianca formó parte de una generación que vio nacer y crecer el género. Recuerda escuchar a artistas del patio como el apodado “Filósofo del rap” (Vico C), Tego Calderón, Ivy Queen, Wiso G, Las Guanábanas, Don Omar, Babby Rasta y Gringo entre muchos otros.

Recuerda que escuchar reggaetón en su casa cuando ella era adolescente nunca fue un problema. Sus padres entendían que, hasta en la salsa, podía haber mensajes subliminales.

“La diferencia entre el reggaetón y la salsa, y la música de antes, es que antes hablaban mucho en metáfora. Ahora, la metáfora no existe, te lo dicen ahí crudo”, dijo la fanática.

A medida que se consolidó el género en la década de los 2000 con canciones como “Gasolina” de Daddy Yankee, que alcanzaron las ondas radiales de Australia en 2006, Bianca continuó cantando al ritmo de sus favoritas y, naturalmente, transmitió sus gustos a sus hijos, tal como su madre (Margarita) hizo con ella mediante la salsa y el rock.

🚗 Memorias musicales

Para Natalia, la hija de Bianca, sus memorias de infancia incluyen los tapones entre los vecindarios de Kendall a Hialeah en Miami, mientras su madre manejaba y ella y su hermano escuchaban a Wisin y Yandel en el asiento trasero.

Ahora, Natalia escucha a esos mismos artistas, que actualmente tienen colaboraciones con exponentes del momento como Bad Bunny, Rauw Alejandro, Feid y Karol G.

❝El reggaetón es intergeneracional hace rato. Quizás mucha gente no lo admite porque todavía el reggaetón tiene unos tabúes❞.
Patricia Velázquez Delgado, fundadora de Hasta ‘Bajo Project

Velázquez Delgado, fundadora de Hasta Bajo Project, recordó que el género lleva casi cuatro décadas de vida como parte de nuestra cotidianidad.

“Hay mucha gente que ahora escucha a Daddy Yankee sin problema porque también las letras se han (vuelto más digeribles). Siento que, por la comercialización, mucha gente está más abierta a escuchar el reggaetón de diferentes generaciones”, añadió.

Además de líricas más digeribles, la comercialización se ha beneficiado grandemente de la era digital. El streaming ha facilitado la reproducción de música, llegando a audiencias locales e internacionales más rápido, en comparación con las ventas de discos y álbumes físicos, como en los comienzos del reggaetón.

Esta evolución intergeneracional del reggaetón es evidente durante los días de la Residencia, donde familias y amigos se reúnen para celebrar no solo la música, sino la cultura puertorriqueña en su máxima expresión y el simple hecho de estar juntos.

Tal es el caso de Chacayra Romero, de 48 años y residente de San Juan, quien expresó no ser fanática del género o de Bad Bunny pero el hecho de que la Residencia atrayera a tantas personas la convenció de asistir a una función con su grupo de amigos.

❝El movimiento de gente, no importe su religión, su creencia es increíble. Entre tantas cosas malas que pasan en el país, esto une al pueblo❞.
Chacayra Romero, 48 años, residente de San Juan

🎭 Un evento para el gusto de todos

En el Choli, durante la misma función a la que asistió Margarita, también estaba doña Yvonne disfrutando del ambiente desde su andador. Expresó a Platea que se sentía “divino” escuchar música tradicional puertorriqueña en el álbum «DtMF». Junto a ella, un familiar dijo que le gusta cómo Bad Bunny “exalta el sentir del puertorriqueño”.

Doña Yvonne junto a sus familiares disfrutando del ambiente
Doña Yvonne junto a sus familiares. Fotos: Brandon Cruz, PlateaPR

La reverencia al jíbaro puertorriqueño, los sonidos del cuatro, la salsa, bomba y plena, junto a la escenografía del campo con su emblemático flamboyán florecido, crea un punto de encuentro donde generaciones que no compartían gustos musicales ahora bailan de lado a lado.

Para Elis Hernández, de 35 años y residente de Orlando, ver el entusiasmo por la cultura puertorriqueña en un evento de tan gran escala es “muy gratificante”. “Él nos la está recordando en cada momento”, mencionó emocionada.

Elis Hernández envuelta en la bandera junto a sus familiares
Elis Hernández (envuelta en la bandera) junto a sus familiares, listas para atender el cuarto concierto de la residencia “No Me Voy de Aquí”. Fotos: Brandon Cruz, PlateaPR

Esa misma emoción la cargaba Margarita en su rostro mientras esperaba en la fila para entrar al Choli.

❝Es una persona del género urbano utilizando música típica puertorriqueña en su álbum; eso es lo más lo más grande que puede haber sucedido en este tiempo❞.
Margarita Santiago, 70 años, fanática de Bad Bunny